La Parábola de los Talentos y su Enseñanza

En la antigüedad, los talentos era una unidad de medidas y peso que utilizaban los judíos en su vida cotidiana. Conoce a través de este interesante artículo ¿Qué es la parábola de los talentos y cuál es su poderosa enseñanza en el mundo actual? ¡Sorprendente!

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Parábola de los talentos

La parábola de los talentos es una de las enseñanzas que el Señor nos ha dejado en el Evangelio de Mateo, específicamente en el capítulo 25:14-30. Si deseas profundizar los temas abordados en este primer libro del Nuevo Testamento, te invitamos a que ingreses en el siguiente enlace titulado El Evangelio de Mateo.

Ahora bien, entrando en materia, un talento en los tiempos de Jesús era una unidad de medida de peso que representaba treinta kilos de oro, por lo tanto se trataba de un valor monetario también. Para la época, un talento era una pieza costosa y que podrían tener cualquier persona. En otras palabras, un talento era una moneda de treinta kilos que estableció el imperio babilónico y le otorgaba cierto estatus a la persona poseedora de ese talento.

En cuanto al talento, en el contexto de la Palabra de Dios se trata de una cualidad positiva que posee una persona. En este sentido, cualquier portador de talentos puede tener uno o diversos talentos. Ahora bien, queda de la persona sacarle provecho o simplemente desconocer cuál es su talento.

En la actualidad, la palabra talento ha adquirido real importancia, pues destaca las cualidades positivas de las personas. Talento para la predicar la Palabra de Dios, para la escritura, estudiar, hablar, cantar, bailar, entre otros. En este caso, un talento es un regalo dado por Dios para que esa persona destaque por algo en específico.

Al aclarar el significado de la palabra talentos podremos profundizar qué quiso decir Jesús a través de la parábola de los talentos.

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Parábola de los talentos 25: 14-15

La parábola de los talentos y la de las diez vírgenes abordan un tema en común que se refiere a la prudencia y la insensatez y su relación con el reino de los cielos. Al escudriñar esta parábola y compararla con la de las diez vírgenes podemos darnos cuenta que el Señor busca destacar el rol que debe asumir un siervo de Dios. Entre estas característica debe ser la prudencia.

Mateo 14:14-15

14 Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes.

15 A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos.

Al leer en el versículo anterior sobre la repartición de los talentos, tomando en cuenta las capacidades de cada una de estas personas, podemos darnos cuenta que Dios nos da talentos que podemos desarrollar. Estas cualidades nos distinguen de los demás. Nos hacen resaltar. Nuestro señor no va a darnos un talento que trunque nuestras vidas.

Como podemos apreciar, el hombre que repartió los talentos, quien es este contexto representaría a Dios le entrega a uno cinco talentos, a otros dos y así sucesivamente, pero destaca la palabra capacidad. Es decir, los talentos serán conforme a las características, físicas, espirituales, emocionales de las personas. En este caso, el Señor nos conoce y sabe para qué somos buenos y para qué no.

Este hombre, entrega a sus siervos todos sus bienes, pero regresará para que le rindan cuenta de lo que ha dejado en sus manos. En otras palabras, el Señor regresará y le pedirá cuentas a sus siervos cristianos sobre los talentos que les ha dejado y cómo lograron multiplicarlos.

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Parábola de los talentos 25: 16-18

Seguidamente, al regreso del señor cada uno de los siervos debe rendir cuenta. Cada uno de ellos, le explica qué hicieron con sus talentos.

Mateo 25:16-18

16 Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos.

17 Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos.

18 Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor.

En este caso, el primer siervo logró negociar los cinco talentos que le entregó su señor y multiplicó la inversión. El segundo siervo también logró duplicar la cantidad que le entregaron. El tercero a diferencia de sus colegas, lo esconde debajo de la tierra.

En este contexto, la palabra talento se refiere al tiempo que se utiliza para invertir y aplicar el o los talentos. Asimismo, se refiere a la actitud que asume el siervo frente a ese regalo que Dios le ha otorgado; y por otro lado la diligencia. Es decir, hay personas que no hacen nada para poner en práctica su talento, esto significa que no son diligentes.

Por ejemplo, el tercer siervo fue negligente, por cuanto no hizo nada con su talento, no invirtió tiempo, ni aprovechó las oportunidades ara multiplicar esos talentos. Tal como lo afirma el rey Salomón, en su libro:

Eclesiastés 9:11

11 Me volví y vi debajo del sol, que ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes el favor; sino que tiempo y ocasión acontecen a todos.

El tiempo que Dios te ha otorgado es tu tiempo en la Tierra. El Señor nos devela que todos los seres humanos poseemos talentos. Depende de nosotros descubrir para qué somos buenos y cómo utilizarlos para su reino.

En ese sentido, no hay excusa para decir que no sabemos para qué servimos. Debemos descubrirlo. Tampoco podemos ampararnos en decir que frecuentemente te han dicho que no sirves para esto o para aquello. Simplemente debes descubrirlo y ponerlo en práctica. Todo para el provecho del reino de Dios.

Pues, muchas personas utilizan sus talentos de manera errónea. Lo utilizan para hacer mal o simplemente se desvían del camino correcto e implementan sus talentos en pecados.

Parábola de los talentos 25: 19-23

Luego de estas cosas, el hombre de la parábola de los talentos regresa y se reúne con cada uno de sus siervos para que e explicaran qué habían hecho con cada uno de los talentos entregados.

Mateo 25:19

19 Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos

El regreso del señor representa la segunda venida de Cristo. En ese momento todos deberemos rendir cuenta a Dios de nuestros actos y de cómo aprovechamos los talentos que nos dio. El trabajo diario, conforme a la voluntad de Dios nos traerán recompensas. Como podemos apreciar en la Parábola de los talentos, su señor los recompensó por multiplicar la inversión dada.

Mateo 25: 20-23

20 Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos.

21 Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.

22 Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos.

23 Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.

La parábola de los talentos nos describe de manera metafórica cómo ocurren las cosas en el reino de Dios. Luego de recibir por gracia la salvación, nuestras obras son producto de la comunión que tenemos con Dios. En este sentido, cada buena obra tendrá su recompensa en los cielos. El Señor nos dice en su Palabra que hasta un vaso con agua es contado.

En esta tierra recibimos bendiciones, pero en el reino de los cielos recibiremos otras recompensa conforme a nuestras buenas obras. Esto no significa de ninguna manera que por las buenas obras hemos sido salvos. la salvación es un acto de fe en Jesucristo y su sacrificio en la cruz. Es un regalo de Dios.

Como hemos advertido, las buenas obras son producto de la comunión con Dios y de allí vendrán las recompensa.

Parábola de los talentos 25: 24-28

En contraste con  los otros dos primeros  siervos, el tercero, al que se le había dado un talento, comienza a rendirle una serie de explicaciones antes de que su señor le preguntara. Lo increíble que este siervo comienza a manifestar un cúmulo de conocimiento que tiene sobre su señor y aun así no concretó nada con su talento.

En el reino de los cielos ocurre igual. Ante la presencia de Dios muchos llegan manifestando todo el conocimiento que pueden tener de la Biblia, de doctrinas, de teología. Asimismo, muchos van al culto a adorar a Dios, pero a fin de cuenta su corazón está alejado del Señor.

Mateo 25:24-28

24 Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste;

25 por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo.

26 Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí.

27 Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses.

28 Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos.

Al analizar las palabras de aquel siervo podemos entender que él sabía que su amo era poderoso: «siegas donde no sembraste y recoge donde no esparciste», pero fue incapaz de ser fiel a lo que se le había encomendado.

Muchos que dicen ser cristianos pueden ver prodigios y señales, inclusive predicar la Palabra de Dios, pero dudan del poder expiatorio de la sangre del Cordero de Dios. Niegan los dones del Espíritu Santo. No ponen en marcha las acciones correspondiente a la Biblia, ni se someten a la voluntad de Dios.

Parábola de los talentos 25: 29-30

Termina la parábola de los talentos, afirmando una vez más que al que tiene más, será recompensado y tendrá más y no sólo en lo material, sino en todos los ámbitos de su vida el Señor Jesucristo lo bendecirá y verá las grandezas de Dios en esta y la otra vida.

Mateo 25: 29-30

29 Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.

30 Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.

En cuanto al siervo negligente, le quitará todo cuanto le fue entregado y será apartado y echado fuera del reino de los cielos. Es importante que recordemos que nuestro Dios es Todopoderoso. Un Dios justo y misericordioso. Dentro de sus justicia tendrá que cumplir su propia palabra, pues no llegará vacía.

En este sentido, el Señor tomará en cuenta el corazón del siervo, sus intenciones, los resultados de su vida y en qué invirtió cada momentos y talento. Por lo tanto, te invitamos a que reconsideres qué vienes haciendo con tu vida y pide perdón. Es el momento de reconducir tu vida y entregarla a Dios.

¿Qué es una parábola?

Las parábolas es un género literario que deja una enseñanza o moraleja. Jesús recurría a esta forma para enseñar a sus discípulos o seguidores para dar un mensaje y dejar una enseñanza en particular. Algunas veces utilizaba también las parábolas para darle un mensaje al mundo, a los fariseos y los doctores de la ley.  A estas alturas, nos parece oportuno invitarle a leer el siguiente enlace relacionado con la parábola contenida en este título ¿Qué es el Buen Pastor? Esta verdad se las dijo Jesucristo a sus apóstoles, luego de que diera la parábola del sembrador.

Mateo 13

10 Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas?

11 El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado.

Jesucristo durante su ministerio aquí en la tierra, en algunas ocasiones dio algunos mensajes del Reino de Dios a la gente y a sus discípulos a través de parábolas. Las parábolas de Jesús son sus enseñanzas concentradas en breves historias que revelan una verdad espiritual. Estas historias las hacía de forma simbólica y comparativa. Para que las personas que lo escucharan, pudieran reflexionar y descubrir el verdadero mensaje encerrado en ellas.

Las comparaciones que hacia Jesús en sus parábolas eran sobre hechos o situaciones creíbles. La mayoría de ellas en ejemplos sencillos y de la vida cotidiana para hacer más fácil su comprensión. Las parábolas se las decía Jesús a sus discípulos y a la muchedumbre que lo seguía en todo momento para escucharlo o por una oportunidad de poderlo tocar, conscientes del poder que este ejercía.

Finalmente, te dejamos el siguiente video que trata sobre esta hermosa parábola.


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