El Kaizen es una filosofía empresarial y vivencial que nos viene de oriente para enseñarnos la cumbre de la verdadera optimización. Síguenos para descubrir qué es el método Kaizen.
El método Kaizen es el producto de fusiones culturales insólitas entre culturas en pugna. El resultado fue una doctrina laboral que alza como bandera la disciplina, el orden y la eficacia.
¿Qué es el método Kaizen?
La historia comenzó en la década de 1950, en Japón. Un país ocupado intenta encontrar los arrestos para sobreponerse moral, cultural y económicamente de la caída de la gran bomba atómica y el fin humillante de la Segunda Gran Guerra. Parte de las ayudas logísticas para el resurgimiento provienen del antiguo enemigo. Y de la combinación inesperada entre la sabiduría oriental y la practicidad de occidente, surgirá una nueva filosofía de trabajo.
La doctrina del Kaizen surgirá como una mezcla entre la herencia taoísta y budista propia del Japón con los métodos de control de calidad propios de los norteamericanos para lograr la reconstrucción de su isla. El resultado es la práctica de la mejora concienzuda. De hecho, esto es lo que significan los sinogramas que conforman la palabra Kaizen: cambio a mejor. Algunos lo traducen como reforma y bondad.
¿Pero en qué consiste exactamente la doctrina del Kaizen? El Kaizen, exige la búsqueda de lo que los orientales llamarían perfeccionamiento y los occidentales empresarios, optimización. Esta es la actitud y filosofía fundamental para el trabajo y la vida.
Asumir la responsabilidad de llevar las cosas siempre a su mejor expresión, en una espiral ascendente de mejoras continuas. Hoy mejor que ayer y mañana mejor que hoy. Algo que podría estar más cerca del salón de meditación que de la oficina ha acabado siendo un gran concepto asociado al marketing.
En este pequeño y curioso vídeo se nos explica a grandes rasgos qué es el método Kaizen en ciento veinte segundos. Quizá los minimalistas practicantes del Kaizen estarían orgullosos.
Aplicación de la doctrina Kaizen
En efecto, el marketing ha asumido el Kaizen como un método de gestión que empuja a la poda constante del proceso de trabajo, eliminando lo superfluo y dinamizando lo útil. Algo sumamente atractivo del Kaizen es la manera cómo encuadra su filosofía dentro del territorio de lo pequeño, haciendo de su actitud una atmósfera general de trabajo, fuera de jerarquías, dentro de la cual todo el mundo intenta autodesarrollarse de forma máxima.
Cada pequeña acción disciplinada, cada diminuta mejora, colabora con el perfeccionamiento general del sistema al que se pertenece. La microestructura ilumina poco a poco a la macroestructura, mediante férreos pero gentiles estándares de calidad, lo cual crea multitud de pequeños y motivados líderes, dispuestos a la sana competitividad.
De seguir este camino, inevitablemente se simplificarán las actividades, se formarán profundos valores laborales y personales y se crearán hábitos saludables y productivos. Todo redundará, como es lógico, en una mayor y más eficaz productividad. Prácticamente todo tipo de espacio empresarial puede ser perfeccionado por Kaizen.
Las cinco S del Kaizen
Ahora, es obvio que necesitamos una metodología más clara o al menos una serie de pasos que podamos tomar, para llegar a la gozosa disciplina asiática del Kaizen. La doctrina expone su propio orden a la manera del Óctuple Sendero de Buda o cualquier camino espiritual conocido de Oriente. El orden consiste en cinco palabras que inician por la letra S y corresponden con una acción recomendada para hacer perdurable el Kaizen.
Seiri
Seiri se refiere a la clasificación honesta de todo lo que nos rodea en el área de trabajo según su utilidad o inutilidad. Señalar un inmenso stock personal acumulado durante años junto al escritorio, supuestamente en caso de alguna crisis que lo demande, como prescindible no es sencillo y puede sentirse como un desgarro, pero según el Kaizen es una acción importante e inaplazable.
Trabajar entre montículos de objetos mal dispuestos no es saludable, ni mentalmente ni tampoco a nivel práctico: se convierte todo en un estorbo que puede generar todo tipo de accidentes. Es mucho más sensato apostar por el minimalismo, quedarse con lo útil y luego clasificar lo útil según su utilización regular. El desorden crea una sensación de asfixia que no colabora con tu trabajo.
Seiton
Cada cosa en su sitio y un sitio para cada cosa. Este es el lema asociado a Seiton, que consiste precisamente en ordenar nuestro planteamiento minimalista, colocando a los objetos supervivientes de nuestra limpieza dentro de un sistema fijo, para hacer el trabajo más ágil y evitar la pérdida de tiempo por accidentes u objetos extraviados. Jerarquizarlos según necesidad e importancia es fundamental.
A veces podemos resumir ciertos contenidos del Kaizen con un solo lema. En el caso del Seiton, se trataría de todo debe estar en su sitio, todo el tiempo.
Más allá de su eficacia comprobada en colectivos comprometidos con su filosofía, el Kaizen es una doctrina de alto sentido estético, elegante en la pureza de sus disposiciones materiales y enemiga de todo exceso.
Seiso
El concepto asociado a Seiso es limpieza. Asegurado un espacio lleno sólo de cosas útiles y bien ordenadas, es necesario asegurar también la pulcritud. Esto contiene no sólo un afán de desinfección sino también un cierto sentido estético.
Un orden limpio asegura el bienestar anímico de los trabajadores y alarga la vida útil de los objetos, alejados del poder corrosivo de alguna contaminación. La limpieza del Kaizen es al mismo tiempo consecuente como preventiva. No se trata sólo de limpiar frecuentemente, sino de eliminar las fuentes de suciedad. A esto, por supuesto, pueden dársele varios significados simbólicos para el espíritu.
Seiketzu
Seiketzu funciona como una suerte de cauce de las anteriores tres tareas. Tenemos un área de trabajo con sólo lo imprescindible, en un orden preciso y pulcro. Ahora corresponde estandarizar estos procesos para hacerlos casi sin pensar, como un reflejo natural para lograr un estado permanente de las cosas.
Seiketzu es el estadio en el que nos aseguramos de poder conservar lo logrado mediante un sistema fijo. Una herramienta especial para este cometido es el control visual: básicamente consiste en mantener un orden de tal manera que un solo vistazo pueda detectar una anomalía. Esto ahorra tiempo y explicaciones. Una casilla vacía que debe estar llena es un problema a resolver, todo el mundo lo sabe y están abocados de inmediato a ello.
Sheitzuke
Después de tener un sistema minimalista, ordenado, pulcro y estandarizado ¿qué viene? Pues una fuerte disciplina. De nada serviría un orden tan preciso si no todos los trabajadores tienen la disposición, la firmeza de carácter o el compromiso con la filosofía para mantenerlo. Shitsuke implica autocontrol para no volver a los hábitos previos al Kaizen y mantenerse en ruta hacia el perfeccionamiento.
Hasta aquí nuestro breve recorrido para averiguar qué es el método Kaizen. Si te ha interesado este artículo, quizá disfrutes este otro de nuestra web dedicado a recomendar acciones de marketing para mejorar tu estrategia. ¡Sigue el link!
